jueves, 20 de agosto de 2009

No solo debe parece sino debe ser

Nuevamente es noticia de primera plana la señora Mercedes Lugo La misma ostenta el cargo de primera Dama de la Nación y dirige, desde ese cargo organizaciones sin fines de lucro, que son financiadas, en parte, con aportes del estado y en parte con donaciones nacionales e internacionales y algunas actividades que el Despacho de la primera Dama realiza. De que esta señora o algún miembro de su familia sean noticias no debieran de ser novedad, dado el alto cargo que ocupa. La lástima es que la mayoría de esas informaciones no suponen una alabanza a sus acciones sino todo lo contrario. Algunas de esas noticias rayan al escándalo o a malos manejos. En la Fundación que ella dirige ha colocado con sueldos del Estado a sus hijos o nueras y yernos y según informaciones de la prensa algunos tienen sueldos en reparticiones públicas sin trabajar. Además, que antes de que su hermano fuera presidente, pertenecían a una humilde clase social de trabajadores para que de pronto, desde el poder, se hayan transformados en una familia que dilapidan dinero en gastos suntuarios, como el casamiento de un hijo o las costosas cirugías estéticas de su hija o la vinculación social de la misma con personas socialmente no recomendables.

No podemos culpar a la prensa de persecución. Esa señora se ha convertido, desde el cargo que ostenta y la de ser pariente del presidente de la República, en una figura pública y la prensa informa sobre personas públicas. Aquí el problema es que el hábito, si bien no hace al monje, tiene que parecer al monje. La familia Lugo-Maidana tiene un comportamiento de nuevos ricos, cuya fortuna no la hizo trabajando sino como si se le cayera del cielo y así se comportan, olvidando que detrás de ello está la figura del Presidente de la República, que prometió al país un cambio radical en el comportamiento público. Muchas de los hechos publicados por la prensa pudiera haber pasado desapercibido en la representación social de la época de la dictadura o en algunos gobiernos de la democracia pero que con Fernando Lugo, son intolerables. Como si el presidente necesitara nuevos problemas más de lo que tiene. Su hermana, en vez de ayudar al presidente, esta creando problemas y da una pésima imagen a la sociedad civil que votó en la esperanza de cambio. De verdad, no necesitamos primera Dama, para eso están las instituciones públicas y más cuando la que tenemos no es ubicua ni tiene idea de la mismidad del cargo.Emitido el 7 de agosto de 2009

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