jueves, 26 de marzo de 2009

BOLIVIA, LA HERMANDAD EXTRATÉGICA

El día de ayer, 19 de marzo, se ha llegado a una demarcación definitiva de los límites paraguayo-bolivianos. Con este definición acaba, después de 72 años del fin de la guerra, el conflicto limítrofe ente Bolivia y Paraguay y se abren verdaderas oportunidades de hacer con Bolivia una alianza estratégica de mutuo desarrollo.

Ambos países no poseen costas marítimas, y sin embargo, al estar ubicados en el área central entre dos océanos, todos los caminos convergen y se entrecruzan en ellos, en un momento donde el paradigma dominante es la globalización y la integración en grandes bloques de países.

Lo más importante es que sus economías son complementarias y el intercambio puede beneficiar a ambos pueblos. La unión de Bolivia y Paraguay pudiera constituirse en la bisagra de unidad de otros pueblos, que en su articulación puede fortalecer el esquema de complementariedad y forzar a los países de mayor desarrollo relativo de la región, como la Argentina y el Brasil, a una política conveniente a todos y no sólo una mezquina defensa nacional que perjudica a los propios países que enarbolan esa política.

El Gobierno paraguayo tiene la enorme responsabilidad de incrementar e impulsar los lazos de intercambio cultural, político, económico y de integración con la nación boliviana. Por ello, es preocupante que siga vacante el cargo de embajador paraguayo en La Paz.

Los tiempos actuales, con un desaforado ritmo de cambios, exigen de un intercambio sólido como para acelerar soluciones, manifestar logros o preocupaciones, esclarecer acontecimientos, ponerse de acuerdo, informarse, despejar dudas y cimentar los lazos de entendimiento y de amistad sobre todas las cosas.

Esta situación ha exigido a la diplomacia un nuevo ritmo de acercamiento, como para articular políticas conjuntas y estrategias comunes de entendimiento, progreso y conveniencia mutuas. Pero todo ello no se puede implementar cuando el Paraguay no tiene ni siquiera embajador nombrado ante el gobierno boliviano, en tanto que el mismo, sí lo tiene en nuestro país. La cancillería tiene la palabra.