viernes, 20 de febrero de 2009

LA JUSTICIA SE DECLARÓ SO’O

“Declararse so’o”, es una definición del guaraní paraguayo que denota una situación o proceso que se devienen por imposición de los factores en un escenario donde no existen normas y que cada uno hace lo que se le antoja. Eso misma ha sucedido en la Corte Suprema de Justicia al dictar su resolución 1924/09, el pasado 16 de febrero, en la que se la declara a la ministra Alicia Pucheta, inamovible en el cargo hasta la edad de 75 años, sin haber completado los tres períodos de 5 años en el cargo.

La idea que los magistrados, incluidos los ministros de la Corte, adquieran la inamovilidad recién en el tercer período de su mandato, dentro del escalafón que ocupan es de una redacción ambigua en lo referente a los ministros de la Corte y deja resquicio para ser interpretada fuera del espíritu de la Constitución. Y más aún cuando 6 de los 9 miembros de la Corte vencen su primer mandato de cinco años en marzo próximo. Entonces toda interpretación que pudiera sostenerlos en la continuidad en sus cargos, son aplicados.

El Vicepresidente de la República, Federico Franco, al analizar el hecho declaró que “se acabó el sueño de una justicia independiente”, El cambio en la Corte es un elemento muy sensible para el Gobierno de
fernando Lugo. Su propia candidatura surgió de las protestas ciudadanas contra la Corte. Los ministros pertenecientes al partido colorado, 6 de los 9 miembros, estuvieron, durante el ejercicio de sus funciones muy obedientes al mandato de dicho partido violentando así la independencia del poder judicial. Todas las encuestas públicas develan que la ciudadanía tiene la percepción de que la Justicia es la institución más corrupta del país.

Fernando Lugo en toda su campaña electoral enarboló y prometió el cambio de la justicia y ahora se encuentra en una situación difícil para cumplir con su promesa. El problema fundamental, más allá de las argucias de los ministros de la Corte, es que Lugo no supo construir, desde el primer momento, una concertación amplia, negociada con todos los sectores de la oposición para la reconducción de la Justicia y otros elementos esenciales de su política de cambio, siendo que no tenía mayoría en el congreso. Un mal entendido purismo, le inhibió pactar con las fuerzas adversas a su gobierno. Toda alianza supone renunciamiento de todos para garantizar la ganancia de todos. Sin mayoría nadie está en condiciones de imponer pero sí de negociar. Una política de transformación se plantea, se negocia y se hace los cambios en el primer momento o el proceso se empantana. Esperemos que esta resolución de la Corte Suprema de Justicia haga tomar conciencia al gobierno para plantearse una mudanza en la política de búsqueda de una concertación de gobernabilidad y un plan de gobierno consensuado por todos para realizar los cambios que el gobierno necesita y el país demanda. Los escenarios cambian y los tiempos fenecen.