lunes, 20 de julio de 2009

ATENTADO CONTRA LA DECENCIA

Una vieja sentencia latina dice que la mujer del César no solo debe ser sino que debe parecer. Es decir se exige a las personas que ocupan cargos públicos sean, antes que nada, decentes.

No hace falta ser moralista como para entender que las fotos hechas públicas por medios impresos y por Internet del flamante embajador paraguayo en Chile, nada tiene que ver con la decencia sino todo lo contrario. Armando Espínola parece ser que olvidó que uno de los valores que habla más de una persona es la decencia, para vivirla se necesita educación, compostura, buena presencia, respeto por si mismo y por los demás, una muy notable delicadeza en lo que hace a la sexualidad humana y todo lo que de ella se deriva.

Pero este olvido del señor Espínola no solo lo ha desnudado a él corporalmente, como lo hacen las fotos publicadas sino que vuelve traslucido todo su ser, su propia mismidad. Es muy difícil desmentir esas fotos, que hablan de por sí solas, sean cual fueren las circunstancias en que fueron tomadas. La decencia no solo uno usa como un guante en los lugares públicos sino que la misma es parte inherente al ser mismo de las personas.

Lo peor del caso, es que no solo se embadurna de escándalo a sí mismo, a su familia sino a la propia institucionalidad de la República. El Paraguay nuevamente es noticia por un escándalo escabroso de un alto funcionario público, esta vez, nada más ni nada menos que un representante diplomático del estado paraguayo.

Al gobierno de Fernando Lugo, como si no se le faltaran problemas, se amanece en la puerta con este escándalo no buscado por nadie. Es indudable que el cargo de embajador, que ostenta el señor Espínola, es parte del cuoteo político del partido liberal, del cual el es un conspicuo mimbro. Esto hace que el problema se convierta en otro problema político que va a distraer la atención de los gobernantes y de los partidos políticos que en vez de ocupar su tiempo en el país se tiene que ocupar de deslices particulares que se convierten, por fuerza, en públicos. En aras del bien de la República se impone que el flamante embajador paraguayo en Chile, renuncie. (Emitido el 17 de julio de 2009)

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