martes, 16 de diciembre de 2008

Alfonso Guerra en el reverbero de la política

La visita de Alfonso Guerra, ex vicepresidente del Gobierno Español y actual presidente de la Comisión Constitucional de la Cámara de Diputados de su país, no pudo ser más oportuna. Llegó justo cuando se cumplía los cien días del actual gobierno y cuando todos los ministerios se aprestaban a rendir informes de sus gestiones, es decir un balance para medir sus resultados y sobre esa base planificar sus futuras gestiones.

En los primeros cien días no se puede pedir milagros en realizaciones pero sí reclamar que las nuevas autoridades se hagan ya de una idea de lo que supone el cargo. Ahora es el momento preciso para pergeñar el futuro, ya que se sabe de los problemas, ahora es necesario saber como enfrentarlos y vencerlos. El gobierno vive un campo político minado, debido a su falta de mayoría en el Parlamento. Hasta ahora todos los analistas políticos hemos insistido en la necesidad de una concertación amplia. Pero es diferente cuando lo dice una personalidad como la de Alfonso Guerra, en base a su propia experiencia de gestor exitoso de concertaciones.

El gran aporte de la transición española en la práctica y en historia de las transiciones de un Estado totalitario a un Estado democrático, es el carácter consensuado de modelo de país a el que llegaron todas las fuerzas políticas y sociales de España después de 40 años de un régimen dictatorial oprobioso. El Pacto del Moncloa, firmado a muy poco tiempo de la muerte del dictador Francisco Franco, fue producto del consenso logrado entre todas las fuerzas políticas desde la ultra derecha, partidaria de Franco hasta el Partido Comunista de España para fijar las bases de un modelo de país y de una agenda de cómo construirlo.
El otro gran pacto fue la propia Constitución Española de 1977, a sólo dos años de la muerte de Franco. Fue una verdadera construcción de filigrana. En la elaboración final en que participaron una comisión de diputados y senadores, la labor de Alfonso Guerra fue extraordinaria. Desplegó un trabajo intenso y sostenido para lograr consenso, inclusive supo construir un método o sistema para consensuar lo inconsensuable.

Entonces la visita de Alfonso Guerra, consubstanciado, desde la época dictatorial con la democracia en el Paraguay, tiene una importancia vital por lo que pueda aportar como experiencia práctica a nuestro proceso.

La primera gran lección que nos lega España, y que nos transmitió el señor Guerra, es que no existe diferencia política ni cosmovisión distinta que no se pueda acercar para la construcción de un modelo de país sostenible en el tiempo, todo depende de la voluntad política y de que nadie sale ganando imponiendo sus ideas sino que la concertación se construye con el renunciamiento de cada uno para salir gananciosos todos. La otra lección que nos transmitió el visitante fue la importancia de los partidos políticos en la gobernabilidad, que los movimientos sociales tienen su espacio pero no pueden reemplazar a los partidos y ningún gobierno puede mantenerse solamente con el apoyo de esos movimientos fuera del sistema de partidos.

El anuncio del Presidente Fernando Lugo, referente a la búsqueda de construir un consenso para un Plan de Gobierno y el recalque de la importancia de los partidos tradicionales en la cosmovisión política del país pareciera ser resultado de la visita. Bienvenido sea todo lo que nos una a los paraguayos en pos de un porvenir mejor. Que termine el tiempo de ñorairo reipé ñande rugypá. Rencillas estériles de nada sirve a la nación.

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